viernes, 5 de enero de 2007

La muerte de Sadam


Debo condenar firmemente y tajantemente la muerte o condena a la horca del que fuera presidente de Irak. No por ello digo que yo sea un firme defensor de Hussein, pues no es así. Soy un defensor de la vida humana y condeno toda forma de muerte, la aplique quien la aplique, bien sea un gobierno, bien sea una persona. La vida humana es sagrada y ninguna persona tiene el poder para dar o quitar vida a sus congeneres, sólo Dios es el único señor y dueño de cada uno de nuestras vidas.

Con esta muerte lo único que se ha conseguido es que el aire que se respira en Irak sea sumamente nocivo cada día que pasa, que se declare una guerra civil de tales dimensiones que sea completamente incontrolable. Que cada día que pasa, el pueblo musulmán tenga un odio más exacerbado hacia el pueblo americano y para su presidente. El cual en un alarde de poder ha demostrado a la comunidad internacional, que es un presidente inepto para todo y sumamente enfermo, pues es típico de los enfermos mentales los delirios de poder y de grandeza, como también la fuerza bruta. No es la única persona que padece estos síntomas, pues la historia nos ha enseñado a otros jefes de estado o dictadores que han padecido dichos síntomas. Por poner un ejemplo, tenemos a figuras de la talla de Hitler, un tirano recalcitrante, Napoleón Bonaparte, otro enfermo mental, y muchos más, evidentemente. Todos tienen el mismo denominador común, es decir, tienen, delirios de grandeza y de poder y atacan con la fuerza bruta.

Al mismo tiempo el pueblo americano ha enseñado al resto del mundo que es un pueblo enfermo y en grado supremo. Y digo bien, pues cuando hubo elecciones generales en los EE.UU. el señor Bush fue reelegido para un segundo mandato por el pueblo americano. Y eso que los americanos según se desprende de las encuestas que se hicieron en su momento, estaban en contra de la guerra de Irak, pero sin embargo, vuelven a reelegir a un presidente enfermo mental, loco, drogadicto y niño de papa. No estoy diciendo nada del otro mundo, pues se ha visto claramente que el señor Bush es un enfermo mental, que durante su juventud fue un drogadicto y un alcohólico, que no hizo la mili, pues la evito a toda costa, que proviene de una familia, en este caso de su padre, rica. Que su coeficiente intelectual es de lo más bajo. Y que invadió Irak por venganza, ya que su padre George Bush, fue el que tuvo el encontronazo con Sadam Hussein. En definitiva Bush hijo, fue el que vengo a su padre por lo de la guerra del Golfo. ¿Qué más se puede decir de este presidente americano de pacotilla?, evidentemente, nada bueno. Un presidente que por menos de un pimiento declara la guerra a cualquier país que saque los pies del plato. Aunque hay un país, en este caso, Corea del Norte, que no se ha andado con chiquitas y le ha enseñado a los EE.UU. los dientes. ¿Si no por qué al día de hoy los EE.UU. siguen sin decir nada sobre Corea del Norte como también sin hacer nada?. Porque bien saben ellos que Corea del Norte si que verdaderamente tiene un poder bélico bastante importante y no les importa meterse en una guerra sin cuartel, cosa que no pasaba así con Irak, que para no tener, no tenían ni una mala granada.

Si nos damos cuenta, también nos encontramos a un presidente americano sumamente cobarde, pues ha tenido los huevos de atacar a un país “Irak” que no tenia ningún arma de destrucción masiva y sin embargo no quiere atacar a un país “Corea del Norte” que si que tiene armas de destrucción masiva. Desde luego menudo presidente les ha tocado al pueblo americano, un presidente que ataca a un país que no puede defenderse y quien le planta cara, prefiere huir o poner tierra de por medio.

El señor Bush, pasara a los anales de la historia como otro dictador más de los muchos que hay, del siglo XX. Que sumió a los EE.UU. en una espiral de locura con su famosa guerra preventiva y que ha fomentado un odio exacerbado hacia el pueblo americano por parte de los musulmanes.
¿Cuánto más tenemos que aguantar de este señor tan impresentable, hasta cuando?, ¿Qué narices hacen los distintos organismos internacionales respecto a la pena de muerte que aplican los países en los que existen la ejecución?, ¿Por qué no aplican sanciones históricas a estos países?