martes, 13 de noviembre de 2007

¿Qué es el Cielo?



La pregunta acerca del cielo surge desde la argumentación de que hay otra vida después de la muerte. Pero, mantener esta separación entre la vida terrenal y la vida del más allá es un error de planteamiento.
El cielo cristiano sólo se puede comprender como la culminación o la plenitud y perfección de una sola vida, la que todos conocemos en este mundo.
No hay dos vidas, ni dos mundos separados por la linde de la muerte física. Cuando Dios crea al hombre le ofrece la vida y sólo eso, es decir su vida, la de Dios mismo. Dios quiere compartir su vida con el hombre, y se la ofrece gratuitamente.
Pero no es un regalo para las postrimerías, es un presente para el hoy de cada hombre. En realidad, no hay nada que esperar para saborear el regalo de la vida de Dios, porque ya le ha sido entregado al hombre desde el primer instante de su creación.
Pensar en el cielo como en una recompensa o un premio a los méritos conseguidos en esta vida, deja a Dios en muy mala posición. La vida no es un concurso, ni una carrera de obstáculos que se deben superar al hilo de los días.
Aquí no hay ganadores ni perdedores. El cielo se le ofrece al hombre desde el primer instante de su nacimiento, y mucho menos es una cuenta hacia atrás, esperando el final de cada historia personal para conseguir la promesa última.
En otras palabras, el cielo está aquí y ahora, en la vida personal de cada hombre, lo sepa o no. Cuando murió Jesús, todos sabían que resucitaría, pero al final de los tiempos, como era normal en la fe de los judíos.
La gran novedad y la sorpresa para todos fue que la resurrección de Jesús aconteciera en el aquí y el ahora del tiempo histórico. De ahí la sorpresa y la incredulidad de tantos.
¿Qué sentido tuvo la resurrección en el presente de Jesús? Precisamente, traer a esta vida la realización de lo que hasta ese momento se creía como algo destinado para el final de los tiempos.
Con la resurrección de Jesús, el cielo como una realidad escatológica se difumina y empieza a ser comprendida y vivida como un regalo de Dios para la vida temporal de todo hombre.
Ya no hay nada que esperar, ni que conseguir, ni por lo que luchar, porque los últimos tiempos se han convertido en los tiempos de ahora, en cualquier momento de la historia espacio-temporal.
Cuando esto se ha comprendido, entonces la vida del hombre adquiere todo su sentido y la felicidad no es algo puntual o pasajero. La felicidad, vista con los ojos de la fe, es algo ya realizado y puesto al alcance de la mano de cualquiera.
Si ya lo tenemos todo, sólo hay que dejarse llevar por la presencia del Misterio de Dios que lo invade todo y es capaz de colmar al hombre de esperanza, alegría y felicidad.
¿Entonces, después de la muerte que hay? Pues más de lo mismo. Es decir, la plenitud de lo que en este mundo ya se ha realizado por anticipado. Darle sentido a esta vida porque después habrá otra mejor, es una falacia.
Si esta vida no tiene sentido para el hombre, entonces, después de la muerte tampoco habrá sentido en seguir viviendo.
La muerte no es una ruptura, sino una continuación a lo que en el tiempo histórico se ha iniciado. En este mundo la felicidad es posible y eso ya es el cielo. El cielo no se gana, se disfruta en el día a día de cada hombre.
Llegar a experimentar esto supone un cambio de mentalidad que pasa necesariamente por una transformación del corazón en uno mucho más gratuito y generoso.
Dios no es una conquista, es una propuesta gratuita y sin condiciones. Y si Dios no le pone condiciones al hombre, ¿por qué se las ponemos a Él?
Por la resurrección de Jesús, el cielo ya está aquí. ¿A qué estamos esperando para disfrutarlo? Quien espera a la muerte para ir al cielo, es que no se ha enterado de nada del mensaje del Evangelio, y se convierte aquí y ahora en un infeliz.
Si no somos felices es porque no queremos, porque Dios ha puesto a nuestro alcance todos los medios para serlo y hacer ya la experiencia del cielo que tan maravillosamente ha irrumpido en la historia del hombre.

Y con esto espero haberte respondido amigo mio a tu pregunta sobre ¿qué es el cielo?