domingo, 31 de agosto de 2008

LA MASCARA DE HIERRO


El origen de una leyenda que encendió la imaginación de novelistas y dramaturgos es un extraño prisionero a quien Luis XIV prohibió todo contacto con el mundo exterior. Revelado por Voltaire en 1751 e inmortalizado por Alexandre Dumas, el Hombre de la Máscara de Hierro es aún hoy en día un misterio...¿quién era, y qué hizo para ser aislado de esa manera?

El Conde de Saint-Mars y sus cinco prisioneros

En 1665, Bénigne, conde de Saint-Mars, mosquetero licenciado del rey Luis XIV de Francia, recibe su nombramiento oficial como gobernador de la fortaleza alpina de Pignerol (Pinerolo), antigua posición saboyana en la frontera franco-italiana de los Alpes. Tendrá a su cargo nada menos que cinco prisioneros de Estado, lo que demuestra el peso y la gran responsabilidad depositada en el conde de Saint-Mars. Entre estos prisioneros ilustres se encuentran Nicolas Fouquet, vizconde de Vaux, ex-superintendente de Finanzas (cuya expulsión del reino ha sido conmutada en una pena de cadena perpétua por haberse enriquecido a costa del Erario Público), y el favorito del rey, Antonin Nompar de Caumont, Conde de Lauzun (1633-1723), que ha sido encarcelado arbitrariamente a instancias de Louvois y de la Marquesa de Montespan, a raíz de unas intrigas amorosas. Ni uno ni otro son el célebre enmascarado de Pignerol: Fouquet y Lauzun se han conocido gracias a la estratagema del segundo, al practicar un agujero en el conducto de la chimenea de sus celdas.

Lauzun vivió con cierta libertad de movimiento tras verse recluído a cal y canto desde su arresto en el real sitio de Saint-Germain en 1671, pudiendo pasear por las rondas de guardia y las almenas de la fortaleza. Sus intentos de fuga son numerosos y su libertad "provisional" no llegaría hasta 1681 después de ceder el condado soberano de Eu y el principado soberano de Dombes a la Corona, y en favor del duque du Maine, hijo natural de Luis XIV. Este gran aristócrata gascón había sido el gran favorito del rey y su "mosca cojonera", acumulando cargos militares en la corte por merecidos servicios en el ejército, cuando se enamoró locamente de él la "Gran Mademoiselle", Ana María Luisa de Borbón-Orléans, Duquesa de Montpensier, prima-hermana de Luis XIV y la mujer más rica de Europa (hija y heredera de Gastón, duque de Orléans). El conde de Lauzun pertenecía a una linajuda familia que siempre se había distinguido por su lealtad hacia los reyes, hasta que su padre cometió el craso error de dejarse engatusar en la loca aventura de la Fronda de los Príncipes. El error del conde hijo, el que nos interesa, fue que, tras obtener el permiso inicial del rey para casarse oficialmente con la duquesa de Montpensier, vió como el monarca, presionado por su hermano y por su madre, se retractó y prohibió tajantemente que fuera celebrada la boda "desigual". A ello se sumaba la antipatía y la aversión de la marquesa de Montespan hacia Lauzun, que siendo todo poderosa favorita y concubina de Luis XIV, temía que el conde se convirtiera en un rival y enemigo peligroso. La Montespan mantuvo un doble juego respecto a Lauzun: en su presencia se deshacía en alabanzas y, una vez en la cama con el rey, escupía su peor veneno para ennegrecerlo ante su regio amante. Ese doble juego fue descubierto cuando el conde de Lauzun, sobornando a una criada de la marquesa de Montespan, pudo esconderse bajo la cama de la favorita en el momento justo en que ésta se esforzaba en desacreditarle ante el rey, después de la real coyunda. En consecuencia, Lauzun no tardó en conseguir quedarse a solas con la hipócrita Montespan, para contarle punto por punto toda la conversación que ésta había mantenido con Luis XIV en la cama, tildándola de "puta perra" y de traidora entre otros tantos delicados calificativos.

Podemos adivinar la cara y el mal cuerpo que le debió de quedar a la favorita al oír al conde repetirle todos sus despropósitos. Evidentemente, los historiadores modernos achacan su súbito encarcelamiento en Pignerol por culpa de la marquesa de Montespan, y gracias también a la rivalidad del marqués de Louvois, ministro del rey que le temía por ser el conde un hombre que solía "soplar" las verdades al rey sin florituras, denunciando los abusos de Louvois. Lauzun, siendo un hombre de habla franca, se convirtió en cierto modo en la "mosca cojonera" del rey, cantándole la caña sin caer en el juego del "cortesano complaciente". Ni a la Montespan ni a Louvois les caía bien el conde de Lauzun, y éste se había convertido en la persona non grata que había que eliminar cuanto antes. Por ello, Luis XIV, influenciado por ambos, y presionado por su madre y su hermano el duque Felipe de Orléans, consideró oportuno darle unas "vacaciones" en la prisión de Pignerol. Esas vacaciones iban a durar toda una década hasta que la insistente presión de la duquesa de Montpensier, terca en su decisión de casarse con el conde de Lauzun, obtuvo su liberación aunque pagando un alto precio en 1681. Finalmente liberado bajo unas condiciones bastante duras, el conde de Lauzun volvió paulatinamente al escenario público y su exitosa misión londinense, salvando a la familia del rey Jacobo II de Inglaterra, le valió un regreso triunfal a la corte de Luis XIV con honores y la erección de su condado en ducado. Pero, evidentemente, aunque Lauzun compartió prisión con otros cuatro "ilustres" presos, y bajo la vigilancia del conde de Saint-Mars, no es el prisionero que llevó la máscara de terciopelo.

De hecho, Saint-Mars abandona en 1681 su fortaleza de Pignerol, poco después de liberar, por orden de Luis XIV, al conde de Lauzun, su más problemático preso. El mismo año, Saint-Mars se traslada al fuerte de Exilles, asumiendo el cargo de gobernador. A su nuevo destino le siguen dos prisioneros, y Nicolas Fouquet no se cuenta entre ellos. A ellos se refiere en sus informes como "los dos de la torre de abajo" y se sabe que no pueden ser ni el conde Matthioli, ni Dubreuil, porque ambos permanecerán aún un tiempo en Pignerol después de la marcha de Saint-Mars.

Eliminando a Fouquet, Lauzun, Dubreuil y Matthioli, nos queda uno: Eustache Dauger o D'Auger (Eustaquio), caballero y cortesano que, al verse envuelto en el sombrío asunto de los venenos, habría sido arrestado y encarcelado de por vida. Y a éste debemos sumar un sexto preso: La Rivière, secretario de Nicolas Fouquet, y su hombre de confianza que, al saber demasiados secretos de Estado, sufre la misma condena que su antiguo jefe y amo. La Rivière, de salud delicada, acabaría por fallecer en 1686, quedándose solo Dauger.

Nicolas Fouquet, vizconde de Vaux y marqués de Belle-Isle, ex-superintendente de las Finanzas falleció repentinamente de un ataque de apoplejía en su celda de la fortaleza de Pignerol en 1680. En 1681, el conde de Lauzun salió por la puerta grande, algo tocado por sus diez años de encarcelamiento. Se sabía que éste había mantenido largas conversaciones con Fouquet sobre los últimos acontecimientos de la vida pública y social anteriores a 1671, pero ambos permanecían técnicamente en la ignorancia de la existencia del preso vecino que llevaba la máscara de terciopelo. Claro que esa afirmación no puede ser categórica...

En los últimos meses de la estancia del conde de Saint-Mars en Pignerol, cinco prisioneros ocupan los calabozos de la imponente fortaleza alpina. Uno de ellos es un monje condenado po haber estafado a varias doncellas de la corte pretendiendo haber encontrado la piedra filosofal.
Otro, llamado Dubreuil, es un oficial acusado de espionaje y de traición. Un tercero, Matthioli, es un conde italiano súbdito del Duque de Mantúa, que intentó engañar a Luis XIV en el asunto de la venta de la plaza fuerte de Casale. El cuarto, La Rivière, es el "secretario" y lacayo de Nicolas Fouquet, que permanecería prisionero aún después de la muerte de su amo, ya que el intrigante ministro pudo haberle confiado peligrosos secretos de Estado. El quinto, Eustache Dauger o D'Auger, es un joven caballero de la corte acusado de estar involucrado en un caso de envenenamiento.

De estos prisioneros, cuando Saint-Mars es trasladado a Exilles, se sabe que Fouquet fallece en 1680, que el monje de la piedra filosofal también muere en su celda, quedando en Pignerol aún en vida el espía Dubreuil y el conde Matthioli. Descartados éstos, nos quedan dos prisioneros: La Rivière y Dauger, que también seguirán a Saint-Mars en su nuevo destino a Exilles.

La Rivière, a menudo enfermo, fallecería finalmente en 1686. El superviviente es, forzosamente, Dauger. Esta certeza se ve reforzada por una carta del hijo del ministro Louvois, el marqués de Barbezieux que, en 1691, habla a Saint-Mars del prisionero que tiene a su cuidado "hace más de veinte años"... Sólo la fecha de encarcelación de Dauger encaja.

En 1694, Matthioli y Dubreuil son trasladados de Pignerol a la Isla de Sainte-Marguerite, frente a Cannes, bajo responsabilidad del conde de Saint-Mars. El conde italiano fallecería pocos meses después. Cuando asume su cargo de gobernador de La Bastilla de París en 1698, Saint-Mars parte de Sainte-Marguerite con los dos supervivientes que están a su cuidado: uno está enmascarado, el otro es Dubreuil, que sería encarcelado en el fuerte de Lyon durante el traslado. Nuevamente, el hombre de la máscara no puede ser sino Eustache Dauger.

Eustache Dauger

Desde su encarcelación en 1669, Dauger es objeto de una atención constante. Su nombre no es citado más que a su llegada y, en adelante, cuando un importante ministro del rey Luis XIV, como el marqués de Louvois, inquiere sobre su estado, lo hace hablando a Saint-Mars del "prisionero de la torre de abajo" o de "vuestro antiguo prisionero". Por otra parte, las instrucciones de Louvois son claras: se debe mantener al hombre en secreto y asegurarse de que no tenga ninguna comunicación con el exterior. El conde de Saint-Mars es la única persona capacitada para llevarle una vez al día lo necesario en comida y ropa, con la expresa prohibición de entablar con él conversación alguna que se salga de lo normal en cuanto a sus necesidades domésticas; ni siquiera sus centinelas pueden acercarse a su celda. Oír cualquier comentario del preso significaría la muerte. Saint-Mars tiene orden de callarle (e incluso matarle) si osa hablar de otra cosa que no sean de sus peticiones habituales.

Este enclaustramiento absoluto parece significar que Dauger guarda un terrible secreto.

Se sabe que en 1675, Louvois acepta que Dauger sirva de lacayo a Fouquet en sustitución a La Rivière, a menudo enfermo. Se trata, obviamente, de un contacto sin riesgo. Fouquet está condenado de por vida e incomunicado del mundo (al menos técnicamente, pues recordemos que el conde de Lauzun llegó incluso a entrar en su celda gracias a un agujero practicado a través de la chimenea de su celda!).

Aún permanecen dos enigmas: ¿cuáles son esos terribles secretos y por qué Dauger es encarcelado con tantas precauciones en vez de ser simplemente asesinado?
La hipótesis tan manida por los novelistas de que el hombre de la máscara de hierro fue un hermano de Luis XIV no puede ser defendida seriamente.

Después de los estudios de Duvivier, historiador del siglo XX, la carrera de Dauger es bien conocida y nada permite relacionar su persona con la Familia Real. Queda el hecho de que se creyó necesario no sólo aislarlo para impedirle revelar quién era, sino que también se ocultó su rostro, que debía contener un secreto en sí mismo...

Dauger fallecería el 11 de Noviembre de 1703.

¿Es entonces Dauger ese cadáver que, en 1703, es enterrado en el cementerio parisino de Saint-Paul, después de que le hayan desfigurado con vitriolo?

Otro misterio: la tumba, cuya lápida rezaba tan solo un nombre "Marchiali" -deformación de Matthioli- estaba vacía, y se supone que su cadáver fue inhumado en una fosa común para borrar cualquier pista, cuando se realizaron investigaciones muy posteriores para tratar de descubrir la verdad.

Se sabe que fue por indicación del ministro Barbezieux, que el difunto Dauger fuera enterrado bajo la identidad del conde Matthioli o "Marchiali", cuando en realidad ese conde italiano ya llevaba 9 años muerto en la Isla de Sainte-Marguerite. Se sabe también que en el registro de defunciones de la parroquia de Saint-Paul, se atribuía al misterioso finado la edad de 45 años aproximadamente. Desde luego, no podía ser el conde Matthioli, ya que éste habría contado 63 años de edad en 1703, a sabiendas de que había nacido en 1640!

Otras hipótesis

Sobre casi los cincuenta "candidatos" propuestos desde que Voltaire destapó el asunto del hombre de la máscara de hierro en 1751, y novelada por Alexandre Dumas, menos de una media docena pueden ser tenidos en cuenta. Los demás son pura fantasía o sus posibilidades de ser el célebre prisionero sin rostro no se aguantan ante los hechos.

*Eustache Dauger, fue arrestado en Dunkerque en 1669, y encerrado en Pignerol en el más absoluto de los secretos pero, en 1675, sustituye a La Rivière como lacayo de Fouquet y circula libremente en la torre de Pignerol.

¿Por qué retener a un simple lacayo, con una máscara de terciopelo y hierro sobre la cara, y trasladarlo de cárcel en cárcel, cuando habría sido más sencillo hacerlo... "desaparecer"?
A menos que una substitución (premeditada) de personajes haya tenido lugar desde 1670 o 1671, lo que podría explicar que se relajaran las condiciones desde 1675.

*El Conde Ercole Matthioli, ministro del Duque de Mantúa, encargado de negociar, en secreto, la compra por Luis XIV de la plaza fuerte de Casale que abriría a Francia la ruta del Norte de Italia. Matthioli traiciona el secreto de la operación, dando al traste con las negociaciones, y es capturado, arrestado y encerrado en Pignerol, sin que por ello proteste el Duque de Mantúa. Trasladado a la Isla de Sainte-Marguerite, fallece en 1694.

El nombre de Matthioli, inscrito en el registro de La Bastilla, no es más que una de tantas pistas falsas, del mismo modo que se usó su nombre para la lápida de la tumba del hombre de la máscara de hierro.

*Francisco de Borbón-Vendôme, Duque de Beaufort (1616-1669), nieto del rey Enrique IV de Francia y de Gabrielle d'Estrées, e hijo del medio-hermano mayor del rey Luis XIII, César de Borbón, duque de Vendôme, había tomado parte activa en la Fronda contra la reina-regente Ana de Austria y el cardenal Mazarino, lo que equivalía a una rebelión contra la corona de Luis XIV, entonces menor de edad.

Pero el duque de Beaufort se había hecho perdonar sirviendo lealmente a Luis XIV en el ejército, aunque se había comprometido inicialmente con Nicolas Fouquet, gesto que el Rey no perdonaba.

La Isla de Creta sufriendo de los ataques Turcos, el Papa insistió ante Luis XIV para que enviara al duque de Beaufort en calidad de "Capitán General de las Armadas Navales de la Iglesia". Accediendo el rey, Beaufort marchó con el grado de Almirante de Francia y, en junio de 1669, lanzó una ofensiva ante Candie. Una explosión de pólvora siembra el desorden entre sus filas y Beaufort, en un intento de reunir sus tropas, se lanza, espada en mano, contra el enemigo. Nadie volvería a verle jamás.

Su muerte fue anunciada en Versalles. Todas las cortes de Europa toman el duelo y, en la catedral de Nuestra Señora de París, un servicio solemne es celebrado en su memoria.
Diversas informaciones fueron dadas sobre su desaparición: habría caído en el combate y su cabeza llevada ante el gran visir, o puede que cayera prisionero y llevado a Constantinopla... Pero no hay, en ambas teorías, certeza alguna.

Algunos barajaron la hipótesis de que podría ser que hubiese sido el sustituto de Dauger en Pignerol (?).

La teoría parece un tanto descabellada.

Un hermano de Luis XIV?

Fue Voltaire quien adelantó esa hipótesis, retomada un siglo más tarde por Dumas, y por el Cine después.

Se barajan dos posibilidades:

1/-que la máscara de hierro sea un hermano gemelo de Luis XIV, nacido pocas horas después de éste.

2/-o que el rey mismo sería fruto de un amor ilegítimo de la reina-regente Ana de Austria con el marqués François de Cavoye, de cuyos hijos "legítimos" se parecía uno extrañamente al mismísimo Luis XIV.

Pero los partos de las Reinas de Francia se hacían ante un nutrido y riguroso público, con no menos de cien testigos oculares para evitar cualquier substitución o engaño, con el fin de certificar la autenticidad del nacimiento de los hijos del rey de Francia. Es pues improbable que un gemelo de Luis XIV haya podido nacer después de él, sin que eso no se supiera públicamente.

Si el marqués Eustache de Cavoye se parecía muchísimo a Luis XIV, aunque se quiera admitir, sin prueba alguna, que haya sido el medio-hermano de éste, es difícil de imaginar al todopoderoso Louvois, dentro del interés del Estado, que no haya hecho desaparecer al inoportuno personaje más discretamente que poniéndole una máscara y reteniéndole como prisionero de por vida. Pero, ¿quién sabe?

El misterio permanece desde hace 300 años

El 11 de Noviembre de 2003, se cumplió el 300 aniversario de la muerte del hombre de la máscara de hierro, pero el misterio que rodea el asunto permanece tres siglos después. Parece ser que solo Luis XIV, Louvois y su hijo Barbezieux hayan guardado el secreto que el Rey confiaría en 1715 al regente, su sobrino-yerno el duque Felipe II de Orléans, el cual habría hecho lo propio al transmitir dicho secreto a Luis XV que, bien pudiera ser que no lo confiara a su nieto y sucesor Luis XVI.
Podemos, no obstante, pensar que, por no haber sus carceleros intentado acabar con la vida del famoso enmascarado, poniéndole una máscara para tapar su cara, vigilando que ninguna comunicación del prisionero pudiera tener lugar con quien fuese, este personaje era probablemente de "sangre real" (?).