lunes, 31 de diciembre de 2007

Quien amenaza a quien


Me sorprende la capacidad de adoptar los eslóganes más mentirosos por parte de gente de mi Iglesia. Se dicen demasiadas tonterías sobre que la familia cristiana está amenazada. Pero ¿Quién la amenaza? ¿Cuál es la verdadera amenaza?
¿Es el matrimonio gay una amenaza para la familia cristiana? Pues yo no lo tengo nada claro. Nunca he podido explicarme como una pareja homosexual puede actuar sobre una pareja heterosexual y amenazarla. Es que no se me ocurren más amenazas que o bien es que les ponen aceite por la escalera o es que les tiran piedras por el patio. Si desde luego un matrimonio cristiano se rompe porque está al lado un matrimonio gay como vecinos, joder, que delicadeza. ¿Pero eso no podría ocurrir aun sin que esa pareja homosexual vecina no se hubiese casado? Yo es que me muero por la curiosidad de observar tal fenómeno.
Dicen que el matrimonio gay devalúa el matrimonio. Digo yo que el matrimonio que devaluará será el civil. Pero ¿cuando se casó Doña Leticia Ortiz ¿no se dijo que para la Iglesia el matrimonio civil no significaba nada? Pues parece que ahora les preocupa, después de que meses antes de casarse varios prelados dijeron lo poco que les importaba que fuese una divorciada por lo civil, que eso no vale nada. Pues si dos homosexuales se casan por lo civil ¿Qué les importa?
Pero a mi me interesan las amenazas, ¿dónde están? Pues sencillamente no existen. Y si creen que una ley de matrimonio gay o de divorcio express amenaza el matrimonio cristiano, pues van de cráneo. Si dos no se soportan o no quieren seguir juntos, por mucho que no quieras darle el divorcio, se irán cada uno por su lado. Si en tiempos de Franco esto casi ni ocurría es porque una mujer no tenía generalmente donde caerse muerta.
Pero tras convocar dos manifestaciones en defensa de una familia que creen en crisis y ven amenazadas, se esconde un deseo de amenazar a otras familias. No se engañe nadie, aquí la única familia que está seriamente amenazada en este país es la familia formada por dos personas de idéntico sexo. Esto no se puede negar, y más con unos prelados que despotrican contra una ley que reconoce los derechos de gays y lesbianas, con personas en mi Iglesia que también piensan igual y que hay que ilegalizar esa unión y con un recurso contra la ley en el tribunal constitucional. Pues a mi me gustaría saber como aun así se atreven a decir que la familia cristiana está amenazada cuando son ellos, mis obispos y muchos compañeros en la Fe, los que amenazan a otra forma de familia distinta.
Hasta ahora no he visto actos de colectivos LGTB pidiendo la derogación del matrimonio cristiano, si existiera, que desde luego sería un disparate, habría salido en los medios de comunicación. Pues no he observado nunca manifestantes, instituciones gubernamentales, partidos políticos, colectivos, ONGs, etc, que vayan pidiendo destruir el matrimonio religioso. Por tanto que no se inventen amenazas.
Me gustaría exigirles a los obispos que dejen de hacer el canelo, que esta batalla está perdida, y si alguna vez obtienen u han obtenido una victoria, les durará bien poco. Carecen de argumentos convincentes para convencer a la mayoría de la gente de este país, y les pido que hagan el favor de callarse porque a mi no me da la real gana como cristiano que soy de convertirme en una amenaza contra nadie, o que otros por mi condición cristiana me vean así. Tengamos la fiesta en paz.
Y termino diciendo que si tan seguros están que está en peligro la familia cristiana, no creo que ese peligro, que yo por supuesto no veo, se vaya a salvar convocando una manifestación o un acto multitudinario. A la familia no se la apoya con manifestaciones, se la apoya con ayudas económicas, con el cuidado y educación de los hijos. Y se enseña muy bien a ser familia cristiana si se enseña lo que es la palabra respeto, tolerancia y perdón, que muchas veces faltan en muchas familias, las cuales acaban separándose, divorciándose o viviendo toda clase de desavenencias. No estaría mal que además ustedes pidiesen para las familias ayudas económicas ante las duras hipotecas, ante la creciente inflacción, una mejora en los salarios y flexibilidad laboral, desde luego eso es lo que amenaza a cualquier familia, y ante eso ustedes callan y no convocan ninguna manifestación.